Andrés Romero, en el Museo de la Hermandad del Rocío de Huelva

Profundamente rociero como es y absolutamente identificado como está con las cosas de su tierra, Andrés Romero está también presente en la recién inaugurada Sala del Patrimonio de la Hermandad del Rocío de Huelva. De una forma muy sencilla: el rejoneador onubense ha donado las primeras polainas que utilizó para torear.

Andrés Romero responde así a la invitación que le hizo la propia junta de gobierno de la corporación rociera, que ha querido también resaltar la tradicional vinculación que ha tenido con la gente del toro de la provincia. Por ejemplo, el torero Miguel Báez Litri, habitual peregrino cada año a El Rocío tras el Simpecado de la Hermandad de Huelva, ha donado un traje de luces. Romero participa así de este nuevo espacio que resume buena parte de los 125 años de vida de la institución con un elemento de su ropa como torero. "Le tengo mucho cariño a estas polainas. Como se tiene a todo lo primero que te sirve para ser lo que quieres, cuando no tienes casi nada y todo tiene un valor muy especial. Cuando la Hermandad de Huelva nos propuso participar de su Sala del Patrimonio, nos pareció que podía ser con mis primeras polainas que tanto conectan la importancia del caballo para el toreo y para El Rocío. Para mí es un honor verlas en un lugar tan especial que acoge tanta historia rociera", afirma Andrés Romero.

El rejoneador de Escacena del Campo asistió a la inauguración de la Sala del Patrimonio de la Hermandad del Rocío de Huelva, donde fue acogido de forma muy cálida por la junta de gobierno representada por su presidente, Juan Ferrer, quien acompañó a Andrés en su visita por las cada vez más importantes instalaciones de la Casa de Hermandad de Huelva en la capital onubense.

Fotos: FLOR NÚÑEZ