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Cien niños de Escacena que ya siempre hablarán de la tarde de Huelva...

Fueron la nota de color y de emoción de la tarde. Como cada vez que él les necesita para un gran acontecimiento, los niños y niñas de Escacena del Campo se volcaron con su torero. No sólo le acompañaron en la plaza, sino que supieron cuándo era el momento de apretar para que Andrés les oyera y sintiera que estaban esperando de nuevo su triunfo. Vivieron la tarde con toda la pasión que un niño vuelca en sus cosas. Y fue una delicia contemplarles.

 

Ya hicieron una fiesta de la partida en los autobuses desde Escacena. Y qué decir del precioso ambiente que crearon a las puertas del hotel donde se alojó Andrés. Se apostaron a sus puertas y, desde una hora antes de la salida del jinete, ya coreaban su nombre. Romero, extrañado, oía algo en la calle y no sabía bien qué era. Él era ajeno a lo que le habían organizado. Hasta que ya no hubo más remedio que contárselo... Fue otro aliciente más para una tarde cargada de motivos por los que triunfar.

 

Bonita ovación la que le tributaron a Diego Ventura cuando también él salió del hotel camino de la plaza. Y espectacular explosión de júbilo cuando, unos minutos después, fue Andrés quien bajó vestido de torero. "¡¡¡Andrés, Andrés!!!", le gritaban al tiempo que le tocaban y le pedían autógrafos. Tras los pasos del rejoneador se pusieron en sus autobuses detrás del coche de cuadrilla de Romero y multiplicaron por mucho el ambiente en los aledaños de la plaza nada más llegar a ella. Ocuparon su localidad en el tendido alto de sombra con una gran pancarta que decía "Los niños de Escacena del Campo con Andrés Romero" y vivieron la corrida con más intensidad aún de la que, ya de por sí, tuvo la tarde.

 

 

Qué decir de cómo celebraron que Andrés Romero les brindara la faena de su segundo toro. Y de cómo le pidieron esa primera oreja, que era hora de empujar... Y de cómo pidieron las dos del sexto, con dos pañuelos cada uno en sus manos. Y de cómo celebraron que la Puerta Grande se abría. La Merced rompió en palmas a compás para ponerle música, otra vez, a esa letra que decía "¡¡¡Andrés, Andrés!!!".

 

Todos vestidos uniformados del mismo color con las camisetas que para la ocasión y con el lema Yo soy de Andrés Romero les regaló la firma de ropa La Jaca, que viste al rejoneador de Huelva. Viéndoles, todo el mundo quería esa camiseta que ya es emblemática. Fue una experiencia sencillamente hermosa. Hecha realidad gracias al impulso y la generosidad de la empresa de la Plaza de Toros La Merced y del propio Andrés Romero que invitaron ayer a estos cien niños y niñas de Escacena del Campo a vivir uno de los días más felices y especiales de sus particulares vacaciones de verano. Cuando vuelvan al cole, lo hará hablando de ayer, de Andrés Romero y de toros. Justo lo que más falta hace...

 

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