Emoción y entrega sin condiciones en la faena de Andrés Romero en su vuelta a Lisboa. Su toro de Vinhas tuvo pies, pero no regaló nada. Lo recibió a portagayola con Cisne y apretó el animal reclamando del rejoneador grandes dosis de temple. Respondió pronto a los toques el toro y acometió con energía, pero no siempre con franqueza. Clavó de frente hasta cuatro banderillas con Fuente Rey, batiendo después de cargar mucho la suerte al pitón contrario y dejándose venir al santacoloma para hacer la suerte con todo el ajuste posible. No se cansó nunca el torero de buscar la misma entrega del público y lo consiguió. Remató su labor con un último rehilete con Kabul, citando muy en corto y dando la grupa al astado para clavar tan pronto giraba para ganar la cara. Reconoció Campo Pequeno la sincera disposición del onubense y su vuelta al ruedo fue de clamor.