"No tengo prisa, todo llegará". Toda una declaración de intenciones, una filosofía de vida y el planteamiento que Andrés Romero le ha impreso a su carrera. Así lo afirma el torero onubense en la entrevista que publica esta semana la revista Aplausos como parte del extra de rejoneadores que está publicando. Romero analiza su temporada de 2016, el momento actual y lo que espera de lo que está por venir.
Es una entrevista que desprende, sobre todo, serenidad. Equilibrio. Esa actitud a la que se llega cuando uno entiende que todo lo que consiga tiene que venir por él. Y que ni siquiera eso garantiza que se abran todas las puertas. Pero es el único camino: seguir y triunfar. No desfallecer. Insistir. Trabajar y trabajar. Creer y creer. Verbos que Andrés ha convertido en sus propios pasos. Los que le han puesto donde está y los que le sirven para defender ese sitio. En la entrevista que firma la periodista Rocío Fernández, el jinete de Escacena del Campo habla de lo que le está aportando su primera experiencia en América -en lo profesional, pero en lo personal también-, del reto grande y de la prueba de fuego que fue 2016, de los grandes éxitos cosechados en plazas como Sevilla, Huelva y Ronda, de cómo ha crecido en este último ejercicio, de lo que duele verse fuera de plazas en las que ya ha triunfado o de cuánto cuesta entrar en aquéllas por las que ya pasó y donde ese triunfo queda pendiente, de cómo todo es más difícil, pero también más pleno desde la independencia y, por supuesto, de las novedades que prepara en su cuadra. Un bonito ejercicio de reflexión, el pulso que refleja el estado de ánimo y de mente de Andrés Romero. Sin prisa, pero sin pausa. Con la confianza interior de que "no hay prisa, todo llegará".